Ser haitiano en Argentina: Robby Glésile y el vuelo de la “mariposa negra”

“Mi país escribió una de las páginas más importantes en la historia de la humanidad: la primera revolución exitosa protagonizada por personas esclavizadas”.

Robby Glésile nació en Haití en el año 1985, profesor de francés, activista social y escritor, en esta entrevista nos invita a reflexionar sobre las vicisitudes que atraviesan los inmigrantes y sobre la voluntad de superación; es una historia de resiliencia, pero también de nostalgia, por un lugar en el que ya no vive, pero al que quiere volver

Robby creció en el seno de una familia numerosa en Puerto Príncipe, en la isla pasó toda su infancia y parte de su juventud. A finales del año 2011, las incesantes crisis humanitarias que desangran al país caribeño, la falta de trabajo y, sobre todo, las consecuencias del fatídico terremoto que azotó la isla, lo obligaron a emigrar, dejando atrás un pasado que no le prometía ningún futuro, y asentarse en la ciudad de Rosario.

No fue el primero de la familia en dejar los días soleados de su ciudad natal; la sangre combativa de su madre le brotaba por las venas, en el año 1992, ella sola se adentró en el mar a bordo de una patera precaria, para intentar llegar a Estados Unidos y ganar dinero para mantener a su familia. A partir de ese momento su mamá se convirtió en una voz amorosa que escuchaba, de vez en cuando, en los casetes que ella grababa y le enviaba a Puerto Príncipe. Gracias a ese sacrificio él pudo alimentarse, vestirse y estudiar.

Robby Glésile presentando su libro (“Papiyon Nwa") 

En el año 2004 –cuando Robby todavía vivía en Haití- su mamá falleció en Estados Unidos, sin que ningún miembro de la familia pueda viajar. El día que recibió la notificación del país norteamericano negándole la visa, para poder atravesar la frontera y despedirse, Robby descubrió que hay palabras que desgarran más que cualquier alambre de púa.  

Así comienza una historia de resistencia, duelo y superación, que todavía se sigue escribiendo.

¿Cómo está la situación actual de Haití? ¿Por qué da la sensación de que vive en una crisis permanente?

Haití está en un callejón sin salida hace varios años. El poder legislativo dejó de funcionar desde el año 2020. Las últimas elecciones fueron organizadas en el 2016. Actualmente hay un consejo presidencial y un gobierno con un primer ministro que ya había ocupado ese cargo en el 2011-2012. Tienen la difícil tarea de restablecer un clima de paz en un país minado por grupos criminales y organizar las elecciones para dejar el poder a un gobierno legítimo el 7 de febrero de 2026. Por ahora no hay muchos cambios, la incertidumbre sigue y el pueblo necesita respirar. La crisis permanente que vive Haití tiene explicaciones: las luchas internas por el control del poder y la permanente injerencia de potencias internacionales en los asuntos internos haitianos son algunas pistas que nos permiten entender esa crisis.

¿La ayuda humanitaria realmente ayuda o, a través de la malversación y la toma de deuda irresponsable por parte de los gobernantes, termina agravando el problema?

Hay un documental del realizador haitiano Raoul Peck que se llama Asistencia mortal que explica muy bien el negocio humanitario en Haití después del terremoto del 2010. La ayuda humanitaria no ha impulsado el desarrollo de ningún país, solamente te da un alivio durante un momento puntual para salvar una situación caótica. Haití es un claro ejemplo del fracaso de las ayudas internacionales.

¿Pensás que se va a esclarecer el asesinato del ex presidente Jovenel Moïse en el año 2021?

La justicia haitiana, debido a todas las fallas que tiene, no puede llevar a cabo un caso tan complejo. Hasta ahora la justicia estadounidense imputó y condenó a algunas personas que participaron en el asesinato del presidente. La justicia haitiana no hizo nada por ahora. Quizás nadie en Haití va a saber realmente que pasó con el asesinato de J. Moïse.

Todo lo que se ve en los medios de Haití suele ser negativo, ¿qué otras cosas te gustaría que la gente sepa sobre tu país?

Es lo que más se vende en los medios y nuestros dirigentes siguen alimentando esa imagen negativa con sus acciones. Invito a la gente a buscar información sobre la historia de Haití. Una historia silenciada y olvidada. Mi país escribió una de las páginas más importantes en la historia de la humanidad: la primera revolución protagonizada por personas esclavizadas. Haití a través de su revolución redefinió la palabra Libertad. Es uno de los primeros países en reconocer la independencia de Argentina. El mundo debe mucho a Haití.

Puerto Príncipe (capital de Haití)

¿Por qué elegiste radicarte en Rosario? ¿Está creciendo la comunidad haitiana en el país?

Rosario me eligió a mí. (jajaja). Ya tenía un amigo haitiano radicado acá antes de viajar. En general te quedás en el mismo lugar de la persona que te invitó. Por eso me tocó establecerme en mi querida ciudad. Podría haber sido otro sitio, pero tuve la suerte de llegar a la mejor ciudad del país. En estos últimos años, la comunidad haitiana se ha reducido considerablemente. Dejaron Argentina para establecerse en otras tierras.

¿Cómo surgió la idea de escribir tu libro “Papiyon Nwa (Mariposa negra)”? ¿Por qué decís que es un libro de resistencia?

Quería tener un espacio para expresarme libremente y tocar algunos temas que me parecían interesantes. A los migrantes, muchas veces, nos encierran en dos preguntas: ¿te gusta el mate? ¿Te gusta el asado? Creo que la vida de un migrante va más allá de la gastronomía. Es un libro de resistencia porque migrar es un acto de resistencia y hablar de Haití ya es algo revolucionario.

En tu libro abordás el tema de la inmigración y el desarraigo, ¿qué fue lo que más te costó a la hora de migrar? ¿Qué es lo que más extrañas de tu país?

Dejar a mi familia, mis amigos, mi país o mi barrio no fue nada fácil. A veces no nos queda mucha opción, hay que intentar lo imposible. Extraño a mi país, pero no es como cuando tenía algunos meses acá. Cuando hace mucho frío, pienso un poco en Haití. Está siempre en mi corazón así que es imposible no tenerlo presente.

También hablás mucho sobre resiliencia, ¿qué vínculo tenés con ese concepto?

Haití es resiliencia. Habrá que viajar allá para entender lo que quiero expresar. Nacer en este país ya te condiciona para ser alguien resiliente. En Haití sos el responsable de tu salud mental, no hay una política pública dirigida a la salud mental de la población. En Haití alguien te pregunta cómo estás y le respondes así: "N ap lite" que quiere decir estamos luchando. Es muy común escuchar este tipo de respuesta.

A uno de los 50 textos autobiográficos del libro lo titulaste “no quiero morir acá”, ¿pensás mucho en la muerte?

Pienso mucho en la vida. En el contexto haitiano la muerte es parte de nuestras vidas, en todo sentido. Y muchos haitianos no quieren morirse fuera del país o por lo menos que su cuerpo esté allá. Volver al lugar donde está enterrado tu ombligo es más que necesario. Es la idea del texto, pero si me toca quedarme acá, está todo bien.

Durante una entrevista afirmaste que “te diste cuenta que eras negro cuando llegaste a la Argentina”, ¿podés desarrollar esa premisa?

Haití es el primer país negro independiente del mundo, el país donde la negritud se puso de pie por primera vez como decía Aimé Césaire. Tenemos otra relación con la negritud, con la palabra negro. Al llegar a Argentina me di cuenta realmente que yo era una persona negra. Descubrí otro mundo y otra realidad en la que la palabra negro tiene otras connotaciones. Antes de viajar me decían que no había negros en Argentina. Ya sabemos que es una gran mentira.

Dostoievsky decía que para conocer el alma de una persona había que observarla cuando ríe, ¿de qué se ríe Robby Glésile?

Muy interesante la pregunta. Hay muchos intelectuales haitianos que abordan ese tema en sus obras: la risa haitiana. Es algo que nos caracteriza. Parece contradictorio si tenemos en cuenta todo lo que vive este pueblo. Pues no, el haitiano se ríe en casi todas las circunstancias. Es una forma de resistir, una forma de decir que estamos vivos a pesar de las adversidades. Me acuerdo que, unas horas después del terremoto del 2010, en medio de los llantos e incertidumbre, una muchacha preguntó: ¿habrá carnaval este año? Ella ya estaba pensando en momentos alegres.

Me río por ejemplo de mis compatriotas cuando insultan en castellano.  Es muy gracioso.

Robby se ríe de todo. Esto me mantiene con esperanza. 




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